Este año, las hermanas Navarro regresan con una propuesta que transforma el paisaje rural en un escenario digno de una pasarela de alta costura. En “Rural Chic,” tradición y estilo se entrelazan en un homenaje al contraste entre la moda ecléctica y la vida campestre. En un campo de almendros, bajo un frío cielo invernal, las protagonistas lucen conjuntos que nos transportan a una editorial de Gucci.
El estilismo de esta edición está profundamente influenciado por la creatividad de grandes casas de moda. Gucci, bajo las colecciones de Alessandro Michele, aporta un equilibrio entre lo vintage y lo campestre con un toque teatral. Estampados de cuadros escoceses, abrigos de lana, pañuelos y tonos vivos destacan con fuerza en el entorno rústico, mientras las cestas de mimbre y utensilios de labranza añaden un toque sorprendente.
Las gafas, de la firma Chloé, añaden un toque sofisticado y romántico, mientras que los looks equilibran lo femenino y lo audaz con una sensibilidad inesperada.
La estilista Laura López, amiga de toda la vida, aporta maquillajes románticos con peinados que remiten a las campañas icónicas de los años 70. Cada detalle, desde la mezcla de tejidos hasta los accesorios, construye un estilo único que desafía los límites entre lo rural y lo cosmopolita.
El fotógrafo Carlos Quevedo, con más de 10 años retratando a las hermanas Navarro, vuelve a capturar la esencia de esta tradición familiar. En esta ocasión, una granja de cerdos y los campos de almendros se transforman en escenarios donde lo cotidiano se encuentra con lo extraordinario.
Las hermanas Navarro, con su actitud decidida, convierten lo ordinario en algo digno de admiración, demostrando que la moda puede brillar en cualquier contexto. “Rural Chic” es una oda a la creatividad y al ingenio, recordándonos que el glamour no tiene límites, incluso en los entornos menos esperados.
A nuestros seguidores, que cada año nos apoyan y nos animan a seguir creando fantasía. A nuestra familia y amiguis, que nos aguantan y nos ayudan de manera incondicional. A Óptica Siroco, por su colaboración sin condiciones. A la Laura, por sus estilismos, maquillaje, peinados y por salvar este posado. A nuestro primo Angelillo, por dejarnos su granja y sus tractores. A la Tita María del Mar, por su energía, su lasaña y su buen humor.
Gracias a tod@s de corazón.